5 de junio de 2012


“Puede ser terco, antisocial en ocasiones, pero sincero, buen amante por complacer su propio ego, pero mis ojos de amor eso no ven. Y me ha roto el corazón más de una vez, lo perdono siempre, me rindo a sus pies. Esa es mi filosofía: amarlo sin medida, mi amor es sordo y ciego. Muero por él, es un amor casi enfermizo, obediente, excede la normalidad, y muero por él, no veo los pliegues ni los fallos en su cuerpo. Es mi todo, mi verdad. No puedo abandonarlo me ha fallado y al instante le doy otra oportunidad. Y en mis ojitos es hermoso, perfecto, precioso, lo adoro es mi niño bonito, es mi delirio, un poeta y aunque no me lo merezca lo amo de forma indirecta."

No hay comentarios: