“Puede ser terco,
antisocial en ocasiones, pero sincero, buen amante por complacer su propio ego,
pero mis ojos de amor eso no ven. Y me ha roto el corazón más de una vez, lo
perdono siempre, me rindo a sus pies. Esa es mi filosofía: amarlo
sin medida, mi amor es sordo y ciego. Muero por él, es
un amor casi enfermizo, obediente, excede la normalidad, y muero por él, no veo
los pliegues ni los fallos en su cuerpo. Es mi todo, mi verdad. No puedo
abandonarlo me ha fallado y al instante le doy otra oportunidad. Y en mis
ojitos es hermoso, perfecto, precioso, lo adoro es mi niño bonito, es mi
delirio, un poeta y aunque no me lo merezca lo amo de forma indirecta."
No hay comentarios:
Publicar un comentario